
Para frenar esta cruel e indiscriminada matanza no solo basta con adoptar animales, aunque si en muy importante, ya que en 15 días, que es el plazo de vida desde su fecha de ingreso, es imposible que todos corran la suerte de ser adoptados.
La gestión de perreras municipales y centros en los que los animales son sacrificados debería de transferirse ya a las protectoras de animales sin animo de lucro que luchan diariamente por buscar familias de adoptantes.
Algunos ayuntamientos, muy pocos, ya han cedido sus perreras a asociaciones protectoras de animales, las cuales han suprimido la eutanasia y han promovido la adopción.
No es una utopía, luchemos por ello!!
Caso de la perrera de Puerto Real, Cádiz, España
Firma para poner fin al sacrificio masivo de perros y gatos abandonados en la Comunidad Valenciana
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