Yayo estaba vagando por un pueblo, llenito de pulgas, desamparado, como durante toda su vida. Cuando por fín le han recogido para ocuparse de él, increíblemente, han venido las malas noticias. Yayo tiene una artrosis muy avanzada, y lo peor, un cáncer contra el que no se puede hacer nada porque en su estado no aguantaría una anestesia.
Lo único que se puede hacer por Yayo es intentar encontrar para él a alguien que le diera una breve pero buena última etapa, para él inmejorable, comparándolo con su vida de miseria. En el refugio juega y está contento pero se merecería algo más, algo especial, alguien muy especial...
Si quieres darle a Yayo su último regalo, el mejor de su vida, ponte en contacto con sosgolden@gmail.com.
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