La contaminación por plomo procedente de la actividad cinegética ha convertido este humedal, el más importante del Reino de Valencia y una de las zonas Ramsar de importancia internacional, en uno de los más contaminados del mundo.
La utilización de perdigones de plomo utilizados por los cazadores provoca anualmente la muerte de más de 60.000 aves acuáticas y rapaces, incluyendo especies en peligro de extinción, que acuden a ríos y humedales.
Se estima que la intoxicación por ingesta de metales pesados, plomo en concreto, afecta anualmente en España a un número de entre 80.000 y 100.000 aves, que ingieren los perdigones al confundirlos con guijarros de pequeña dimensión que utilizan para triturar los alimentos en la molleja.
Ante esta situación, Ecologistas en Acción lleva más de 10 años reclamando la prohibición del uso de los perdigones de plomo, y se felicitaba por que la nueva Ley 42/2007 de Patrimonio Natural y Biodiversidad recoja la prohibición de su uso para humedales Ramsar y zonas húmedas de la Red Natura 2000.
Pese a esta nueva normativa desde ámbitos ecologistas se considera insuficiente esta medida y se reclama una sustitución total de los perdigones de plomo por materiales no contaminantes, como ya se ha realizado en países como Dinamarca y Holanda o Estados Unidos.
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