sábado, 7 de noviembre de 2009

KATYA, KATIETA, KATIUSKA... Anoche soñé contigo

Allá va, por ti... en tu memoria, en tu honor Katya, mi princesita Katiuska.

Son las 23:47, decido irme ya a dormir, Merlín se sube a la cama y se me acurruca a mis pies, mientras tanto pongo el despertador del móvil, lo dejo en la mesita y miro hacía lo alto del armario rústico de la habitación, recordé que cuando lo compré, la primera en inaugurarlo fue mi princesita Katya, y desde entonces se convirtió en su lugar predilecto de horas y horas de descanso, y nadie más se subía allí; excepto cuando vinieron las enanas que se metían y subían por todas partes, pero Katya defendía su trono cómo una reina, jajaja.... ¡eeeeh, que es mi armario, niñas!. A la para abajo, chicas. Otro de sus sitios favoritos era mi mesita mimbre de noche y su silla de la terraza donde pasaba largas hora dormidita al sol. Ah, y recuerdo lo que le gustaba salir el descansillo a rascarse las uñas en el felpudo de los “chinos” y de José Luis, jejeje.

Y así, con ese último pensamiento me dormí.

El sol brillaba y la puerta de la terraza estaba abierta, mi habitación se inundó de un fuerte olor a jazmín maravilloso, me hizo despertar con una sensación de felicidad como nunca, miré a la mesita y allí estaba Katya dándole cabezazos y pasando su morrito por mi lámpara de la brujita.

Lola: Katya ¿eres tú?, ays, deja ya de darle a la lamparita, no sé cómo no se ha caído ya.

Katya: Hola, mi querida Lola, pues si mira, ya sabes que me encanta pasar el morrete por tu lamparita medieval, que tanto te estimas y por el rollo de papel aluminio de la cocina hasta descolgarlo, jajaja...me mola muuuucho, ya lo sabes, ¡miauuuuuuu....!

Lola: a todas estas..¡¡Que alegría encontrarte en mi sueño!

Katya: siiii, he decidido venir a verte, a que me tocaras y abrazaras de nuevo, a despedirme de ti cómo hubiésemos querido las dos, y a recordar todos estos años vividos contigo.

Silencio...los ojos se me llenaron de lágrimas, la abracé tan fuerte cómo pude, mientras le susurraba a su oído: Katya, mi katieta, cuanto te echo de menos.

Lola: cuanto deseaba cogerte y estrecharte en mis brazos, ahora me siento mejor, deja que te siga acariciando el lomito, mi niña

Katya (ronroneando): claro, Lola...

Lola: Te acuerdas de cuando nos vimos la primera vez...jajaja, era invierno en Requena y apareciste por el patio del piso de mis papis haciéndote la coja, que tía...yo te metía en el primer rellano y te dejaba pasar la noche allí con comidita, hasta que los vecinos me dijeron que “naranjas de la china”

Katya: jaja, siiii, y entonces decidiste subirme arriba con la Lolin y tu papi.

Lola: si, pero para mi sorpresa desapareció tu cojera repentinamente...Hay que ver cómo me engañaste... ¿se puede ser más lista?

Katya (mientras se lamía su patita): eje, pues no sé...soy muy cabezona cuando quiero algo lo consigo, acuérdate de cuando me iba a adoptar “la Sebi” en su chalet, ¡que morro!, mira que buscarme otra casita cuando yo quería estar contigo.

Lola: ya, princesa, y lo siento...pero ya éramos muchos, y mi papi me dijo que te buscase otro sitio, y con ella en su chalet ibas a estar de maravilla.

Katya: jeje, si, por eso, nada más dejarme, desaparecí al rato, para volver de regreso a tu casa. Eso sí, me costó casi una semana, pues eran al menos 12 km...uuuuuf.

Lola: jajaja, sí, me acuerdo, de ir a buscarte por la zona de chalets y ni rastro, y cuando te vi de nuevo en la puerta con tu colita toda tiesa y con cara de “que te has creído que te ibas a deshacer de mi”, me dio un vuelco el corazón...en serio, me alegré muchísimo y me demostraste que cuando se elige a una persona para compartir, es ya de por vida y tú me elegiste a mí, el destino es así, no se puede luchar contra él.

Katya: cierto, no se puede. Volviendo a los recuerdos, recuerdo mi estancia en Requena con tus papis, en especial con tu mami, Lolita...que mujer más buena y tierna, cuanto la quería, dormía con ella todas las noches encima de su pecho y ella se dejaba tal cual, ni se inmutaba, me daba cosas ricas de comer...alum, aún recuerdo ese jamón york todo tiernecito.

Lola: si, Lolita es muy especial, todo Amor y ella te quería muuuucho. Mejor que no sepa que ya te fuiste, le daré un fuerte abrazo y un besito de tu parte hoy mismo. Por cierto, me acuerdo de cuanto querías también a Budhi...

Katya: eeeeh, nos vemos cada dos por tres, y que sepas que sigue dándome abracitos y lametones, ¡¡que guay!!, me dijo que cuando te viese hoy te diera un fuerte “cabezazo de amor” y un “lametón amoroso”.

Lola: jajaja, ya, ya, ya, que me haces cosquillas...me encanta, muchas gracias, dile que lo quiero mucho.

Katya: ok, y que sepas que Dante, Shaman, Lobo y Kira, que se están preparando para volver de nuevo, también me mandan mucho Amor para ti y sus compañeros. Quién sabe a lo mejor repetimos de nuevo contigo, jejeje.

Lola: jajajaja, eeeeh...que sepáis que en la variedad está el gusto, y que si así debe ser será, pero que el aprendizaje tanto para humanos como para los animales consiste en cambiar y vivir nuevas experiencias, pero nunca peores que las anteriores, por lo que debéis estar tranquilos.

Katya: Bueno, vaaaale.

Lola: ¿Sabes que ya nadie sube a tu armario, ni las peques? Y que sepas que se que Cherokee te echa de menos, pues tu fuiste su adoptante, con el que jugabas y reñías cuando hacía algo mal, ahora no para con las peques, son su bálsamo.

Katya: Ya, es que aún andaba yo por ahí, pero ahora les daré permiso para que se suban, y a Cherokee, le visitaré en sus sueños para hablar un ratito con él:)

Lola: lo sé, te notaba tanto a mi alrededor y en mi pensamiento. Pero sé que esto es ya una despedida en firme, y no quiere decir que te vaya a ir olvidando, porque siempre estarás conmigo en mi memoria, pero sé que ya no te sentiré tanto, porque cada uno debe ir llevando su camino al tiempo de haber concluido su misión.

Katya: así es, mi querida Lola...he venido a decirte que te quiero, que debo seguir en mi camino, y que es cierto que ya no me sentirás a tu alrededor. Pero que te llevaré en mi recuerdo, como tu a mí.

En ese momento, abracé y abracé a mi princesita intentándole trasmitir toda la gratitud que pude por haberme dado la oportunidad de nuevo, de sentirla a mi lado y de expresarle todo mi respeto y amor.

Lola: Gracias, Katya, muchas gracias, mi princesita. Ah... olvidaba decirte que Lenda y Vanesa te querían muchísimo, el otro día casi lloran hablando de ti. Lenda te tiene en una foto a la entrada de su casa y decían que eras su favorita, que lo sepas.

Katya: ayyyy, dales un besito de mi parte y les dices que les estoy muy agradecida de lo bien que me trataron en el piso de tus papis. Siempre me llamaban la “top model” y “princesita”, jejeje.

Lola: jajaja, que creída, jajaja.

Las dos reímos un buen rato y cuando paramos, Katya se acercó a mí y me dio un cabezazo, me puso su patita en mi mano, me miró y me dijo: Adiós, Lola...siempre te quise, te quiero y te querré. Gracias por compartir tu vida conmigo.

Yo la miré con una sonrisa y le dije: Adiós Katya...siempre te quise, te quiero y te querré. Gracias por compartir tu vida conmigo.

Desperté, y me sentí feliz y tranquila. Su recuerdo, aún perduraba y me puse a escribir.

Ami-g@s, gracias por leer hasta aquí.

Enviado por Lola. Mi querida vecina.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, pues he llorado un montón con la lectura sobre tu querida Katya, yo apenas la conoci, pero era idéntica a mi Atenea y me ha traido su recuerdo y todo el dolor y la impotencia que sentí con su asesinato...
Tambien ella vino a verme Lola, en varias ocasines, también sigue en mi corazón para siempre.
Muy bueno tu escrito, como siempre.
Un beso.

Pepi Vegas
info@pepivegas.com

Grace (corresponsal Domingo Pitingo) dijo...

hola es preciosa tu historia y la forma que la contas me emocionó mucho.
buscando blogs hacia atrás del mío he encontrado el tuyo, y me gustó mucho!!! te dejo mis saludos, y los de domingo pitingo!